Hasta hace tan solo unos años, la mayoría de personas solían informarse a través de los medios tradicionales, como la radio, la televisión o los periódicos. Lo cierto es que con Internet todo eso ha cambiado bastante, e incluso esos medios tradicionales han tenido que adaptarse a esta nueva realidad. Ahora cualquiera puede entrar en Internet desde su teléfono móvil o su ordenador e informarse en cinco, diez o quince minutos, eligiendo las fuentes de información, accediendo a ella, en la mayoría de casos, de manera gratuita. Por eso se dice que estamos viviendo la era de la información, donde cualquiera tiene alcance a todo el conocimiento que existe, a toda la información que se da en el mundo, en apenas un par de clicks. Esto, sin embargo, también ha traído aparejado un curioso fenómeno, el de la sobreinformación, ya que la mayoría de nosotros estamos expuestos a tanta información que al final no sabemos ni por dónde empezar a buscar, o a discernir la que es útil, real o falsa.
Internet se ha llenado de páginas y blogs que requieren contenido, en ocasiones escrito por profesionales, pero en otras muchas por simples usuarios que quieran mostrar su punto de vista, aportar su granito de arena a esta era de la información. ¿Cómo destacar entre tantos miles de blogs que existen? Hay muchas formas de conseguirlo, pero la principal de ellas es creando un buen contenido, tanto en forma como en fondo. Debemos llenar nuestro blog con artículos interesantes, que llamen la atención de los lectores, que nos permitan subir puestos en los buscadores para aparecer en los primeros puestos y atraer más usuarios… Si estás redactando los artículos de tu propio blog, o están empezando a redactar contenido en blogs de terceros, aquí te dejamos algunos consejos útiles que seguramente podrán ayudarte a concretar mucho mejor tu trabajo.
Cíñete a la temática del blog
La mayoría de blogs suelen tener una temática muy concreta, muy clara. Puede ser algo más genérico, como los viajes o la cultura, pero también algo mucho más específico, como el cuidado de reptiles o el marketing digital en el mundo de la hostelería, por ejemplo. Sea cual sea la temática del blog, debemos conocerla a fondo y ceñirnos a ella. Tener una página en la que hablemos un poco de todo, pero no en profundidad, no suele acabar bien, por el simple hecho de que la gente cada vez busca información más especializada, y tener un blog de referencia en ese tema siempre será mucho mejor que tratar de convertirlo en una página de variedades. Podremos buscar enfoques diferentes al mismo tema, pero siempre ciñéndonos a la temática que hayamos escogido para el blog.
Separa por apartados
Los artículos para este tipo de blogs pueden ser más amplios o más cortos, dependiendo de lo que tratemos de conseguir, de lo que estemos buscando ofrecer. Sin embargo, si el artículo pasa de las 300 palabras, conviene separar el contenido por apartados. Es algo que visualmente llama más la atención, permitiendo ordenar mucho mejor la información de cara a los lectores, y también supone una forma mucho más liviana de leer el contenido cuando hay artículos más largos. La separación temática por apartados se lleva a cabo a través de los encabezados, los famosos “hs” y “h3”, que también nos sirven para optimizar el contenido de cara al SEO, a los motores de búsqueda, que serán los que coloquen nuestro blog más arriba o más abajo en los buscadores.
Olvídate de tecnicismos
A no ser que estés llevando un blog muy especializado en un tema muy concreto, por ejemplo lenguajes de desarrollo informático, o macroeconomía, lo mejor es tener un lenguaje lo más cercano posible al público general, y por tanto, dejar a un lado los tecnicismos, que seguramente solo sirvan para bloquear nuestra intención de llegar al mayor número de público posible. Porque al fin y al cabo, tenemos un blog para que nos lean, para encontrar a usuarios que puedan estar interesados en aquella información que estamos aportando. Los tecnicismos no servirán de mucho para ese objetivo, así que siempre que podamos utilizar un lenguaje mucho más generalista, mejor que mejor. Si no nos queda otra que utilizar ciertos términos más técnicos, los incluiremos en un glosario, para permitir a los lectores que no estén tan puestos que puedan entenderlos mucho mejor.
Citar fuentes para dar mayor veracidad al contenido
Como decíamos al principio, en la era de la información el problema ya no es tener acceso a la misma, sino saber diferenciar la información útil y veraz de la que no lo es. Por eso debemos ser conscientes de que nosotros también debemos poner nuestro granito de arena a la hora de realizar un contenido de calidad, y una de las formas de conseguirlo es citar fuentes respetadas y reconocidas que respalden ese contenido que incluimos en nuestros artículos. Esto no solo nos servirá para generar confianza en los lectores, que verán que nuestra información está bien obtenido y contrastada, sino que también nos permitirá obtener una mejor recomendación por parte de los motores de búsqueda, al generar links con sitios de prestigio, que hacen que la calidad de nuestros artículos sea mucho mayor.
Redacción SEO
Ya hemos hablado un poco sobre el SEO, que no es más que el Search Engine Optimization, la optimización para motores de búsqueda, y es que este punto es clave para conseguir que nuestro blog llegue mucho más lejos. El contenido puede ser magnífico, pero debemos hacerlo amigable para los motores de búsqueda, que son los que colocarán nuestros artículos a la vista de los usuarios a través de sus propias búsquedas en Google y demás. La redacción SEO nos permitirá obtener también artículos mucho más amenos para el lector, que estará acostumbrado a leer con esa distribución, cuidando los detalles, incluyendo link, contrastando la información… La redacción SEO nos permitirá acercarnos más al público y también a los buscadores, donde estar bien posicionado es clave para que nuestro trabajo se reconozca.