Según un reciente estudio llevado a cabo por una importante institución nacional, casi la mitad de los jóvenes que están estudiando en el instituto, es decir, en educación secundaria, no son capaces de expresarse correctamente de forma escrita. Ya sea porque cometen faltas de ortografía graves, por no saber utilizar correctamente los signos de puntuación o directamente, por escribir de forma inconexa. Se está abriendo un peligroso vacío en la educación básica, en la que se enseña a los niños a leer y a escribir, pero no a entender y a redactar. Son cosas muy diferentes, aunque para algunos sigan siendo exactamente lo mismo. Redactar un texto no es igual que escribir una redacción, por ejemplo. Tampoco se le debe pedir a un chico de quince años que redacte como todo un profesional de los medios, pero al menos sí que su texto sea entendible.
Para los profesionales, además de estar bien redactado, el texto debe ser interesante y atraer la atención del lector. Especialmente en los tiempos de Internet, donde estamos expuestos a cientos de estímulos cada día, y apenas tenemos tiempo para pararnos a leer cualquier noticia que nos llame la atención. Es la era del click bait y los titulares morbosos que solo buscan atraer visitas. Una mala situación para todos aquellos que sí que buscan ofrecer textos de calidad, pero se encuentran con una realidad compleja en Internet. Los textos deben adaptarse a las necesidades de los lectores. Ser cortos, amenos, directos, intrigantes… Para todo ello está el copywritting, el arte de la redacción persuasiva, que se está perfeccionando mucho en estos últimos tiempos. Cualquiera que quiera vivir de la redacción debe dominar esos textos persuasivos, ya que le servirán no solo para los blogs y artículos de Internet, sino también para campañas con empresas. Hoy la red está llena de este tipo de textos, y algunos incluso ya terminan cansando por utilizar descaradamente esa misma estructura, como si se hubiera perdido la originalidad. Los redactores deben estar preparados para adaptarse a cualquier temática y llevarla al texto persuasivo, especialmente cuando quieres convencer a un cliente de que elija tu producto o tu servicio.
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